lunes, 11 de agosto de 2014

PODEMOS: UN FENÓMENO REVOLUCIONARIO

Mal que pese a sus detractores--de izquierda y de derecha--Podemos es un fenómeno revolucionario. Lo es por varias razones, enumeraremos tres de ellas. 1) No saben dónde ubicarlo. El fascismo latente del que cuarenta años de franquismo y treinta de seudodemocracia no ha sido capaz de vacunarnos, lo sitúa en la ultraizquierda mediante la voz y la prensa de la caverna mediática. El PSOE y medios afines, alarmados por la fuga de votos, trata de encasillarlo en un populismo de difusa ideología con peligrosas connotaciones fascistas. Y la izquierda "seria y docta", básicamente marxista, lo acusa de carecer de fundamentos teóricos rigurosos para apoyar su proyecto, a la vez que de grave irresponsabilidad política al banalizar el debate político y convertir determinadas opciones estratégicas en falsos elementos de análisis. 2) Todos coinciden en minimizar su importancia a medio y largo plazo y no dan un penique por el resultado final del proyecto Podemos pero, sorprendentemente, dedican ríos de tinta, miles de páginas, y cientos de horas de TV a, ¡algo nimio y sin futuro! ¿No es extraño? 3)Un programa de majaderías propias de intelectuales metidos a políticos (esta es la opinión de la caverna) aunque con muy buena actitud, (se refiere a los Círculos) por encima del programa.
Pero, claro, ya no estamos hablando del 15M. Un movimiento de protesta ciudadana que se negaba a participar en el Sistema porque había descubierto las múltiples trampas activadas desde 1978, pero que no encontraba los mecanismos apropiados para eludirlas o superarlas ni, por su propia estructura, estaba en condiciones de ejercer la acción política directa a través de las elecciones, mecanismo definitivo en nuestro sistema. Ahora, de improviso, (aunque no tan súbitamente como algunos creen) aparece una formación política, Podemos, que decide jugar en el tablero político con unas herramientas nuevas y que no tiene ninguno de los lastres de los demás partidos políticos, a saber: CORRUPCIÓN y dependencia de la BANCA. Además, esta formación política que ha conseguido 1,2 millones de votos en las elecciones europeas, careciendo totalmente de la estructura necesaria para ello, se extiende como una mancha de aceite en toda la geografía española mediante los Círculos Podemos que, errónea,---o interesadamente-- el comentarista Herman Terstch ha confundido y asimila con células comunistas obviando que los círculos son espacios ciudadanos abiertos a todo el mundo, espacios de debate, de decisión asamblearia y no dirigidos por ningún líder al uso.
Es indudable que los adversarios políticos de Podemos han visto--o temen---mucho más de lo que dicen y se aprestan a combatir a un competidor con artes, mas malas que buenas. No en vano estamos a menos de diez meses de las elecciones municipales y autonómicas y en contra de lo que muchos analistas pregonan, Podemos se va a poder manejar mucho mejor en ellas que lo haría en las generales, donde los retos de gran calado son difícilmente superables a corto y medio plazo. Son innumerables los aspectos y los déficits de la política local y autonómica a corregir que están al alcance de un partido como Podemos a poco que sus máximos dirigentes se tomen en serio la formación de cuadros. Hay tiempo.
También hay analistas que opinan que ni el Sistema ni Podemos son reformables. Yo creo que el Sistema, en último extremo no lo es, pero Podemos sí puede ser una opción de cambio real, razonablemente digno, adecuando los tiempos a los objetivos, analizando escrupulosamente las inevitables alianzas y creando una organización transparente, verdaderamente apoyada en la ciudadanía. Lo que sí podría ser suicida es una utilización egoísta y fraudulenta de los Círculos, a semejanza de lo que vienen haciendo los "aparatos" de los partidos convencionales con su militancia. O una oferta alocada y utópica en las generales, confundiendo un proyecto de futuro con un programa de partido para un plazo dado.
Por supuesto que Podemos ha nacido con carencias. Pero la pregunta clave es su pertinencia en estos momentos. Ya sabemos que el materialismo histórico sitúa los cambios en un lejano futuro producto de una gran carrera de fondo de la sociedad humana. Esta supuesta certidumbre tiene dos claros resultados. El primero es, que no ofrece nada al presente y a la vez, de facto, actúa como coartada del "no hacer" para tranquilidad de conciencias supuestamente progresistas. El segundo, que quienes buscan comida en contenedores, están en un paro de larga duración, han sido desahuciados de su hogar o esperan una protección a la dependencia, no pueden esperar a ese indefinido y lejano futuro donde se producirá la mágica transformación. Que Podemos sea el catalizador que necesita la sociedad y lo pueda hacer, es algo que está por ver. Pero tiene derecho a intentarlo. De la derecha neoliberal en connivencia con el capitalismo transnacional, con el capitalismo caciquil y oligárquico, no hay nada que esperar, ellos también te remiten al futuro--a un triste y mediocre futuro--mientras tratan de convencerte de que las miserias del presente son una inexcusable necesidad que garantizará ese muy precario bienestar. No les importa que en la sociedad de la información, del mundo digital, esté a la orden del día y a la vez que lo anterior, el escaparate a todo color--insultante-- del enriquecimiento continuo y permanente de minorías de la sociedad, de la impunidad de los corruptos, de la acumulación de riqueza producto de la depredación en tanto que crecen importantes bolsas de desigualdad y pobreza que no se pueden atender porque los recursos deben destinarse a mantener y consolidar la estructura bancaria y pagar una inexorable deuda.
Para rematar este desolador panorama, está el conjunto de partidos políticos copartícipes y/o corresponsables de la situación de hoy en España, junto a un sindicalismo heredado que un día muy lejano, pareció rompedor, capaz de discutir y reclamar con un mínimo de dignidad los derechos del mundo del trabajo. De este conglomerado de entidades políticas e institucionales, la evidencia de los hechos, demuestra que tampoco puede esperarse casi nada. Entonces, ¿quién y en base a qué, se atreve a decir que la ciudadanía, toda la sociedad civil, no está en su perfecto derecho de buscar otras alternativas y salidas? De momento, sólo Podemos es el único proyecto que abre una puerta a la esperanza, ¿con dudas? Sí…, con muchas dudas, pero el único.
 Los que piensen o crean que cambiando la cara del mascarón de proa del PSOE o dando algunos toques cosméticos al partido, el problema de España entra en vías de solución, y la situación de la ciudadanía mejorara, son pasto de ilusionistas o tontos útiles.

 



Santa María, diez de Agosto de 2014

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