"El desplazamiento del sur al norte es inevitable, no
valdrán alambradas, muros ni deportaciones: vendrán por millones. Europa será
conquistada por los hambrientos. Vienen buscando lo que les robamos. No hay
retorno para ellos porque proceden de una hambruna de siglos y vienen
rastreando el olor de la pitanza. El reparto está cada vez más cerca. Las
trompetas han empezado a sonar. El odio está servido y necesitamos políticos
que sepan estar a la altura de las circunstancias".
Estas palabras de José Saramago son verdaderamente proféticas.
Y además son de actualidad porque el Occidente Rico, esquilmador, y carroñero
no ha cejado ni un segundo en su actividad depredadora. Bajo el manto de la
geopolítica impregnado de mentira e hipocresía, se ocultan los negocios de las
transnacionales. Hay que hacer caja continuamente. Se destruyen pueblos,
ciudades, países…, las personas no cuentan. Ni siquiera son números. Hoy ya se
han convertido en una masa caminante que cruza los campos y enfila carreteras y
caminos en dirección a los paradisiacos escenarios de los países europeos que,
con un mágico color muestran todas las televisiones en tiempo real. --¡Y todo empezó por la búsqueda de unas
supuestas armas masivamente destructoras nunca encontradas! -- Vivir para
ver.--
Confieso que no quería haber empezado así mi artículo por lo
sórdido y triste del asunto, pero la inmediatez de lo que sin duda va a pasar,
que nos va a afectar, y que va a suponer un nuevo reto para todos los
españoles, no podía dejar de ser atendido. Dicen que en un paso estrecho
"no hay ni amigo ni hermano", pero como la mayoría de las
cosas--excepto la banda de Moebius--, esto también tiene dos caras. También
servirá para comprobar de qué clase de barro estamos hechos los alcalaínos. Y
sobre todo; cual es la pericia política, el tacto, y la capacidad
equilibradora, de nuestros gobernantes locales conduciendo un tema tan
delicado, cuando nos toque.
Dicho lo anterior, mirando la voluta de humo que surge del
semi consumido cigarrillo, me ha venido a la cabeza la borrosa imagen de
nuestros "refugiados" de siempre. Esos que nos hemos acostumbrado a
ver in-mente, como si fueran un holograma y por lo tanto sin consistencia real.
Son nuestros parados, nuestros excluidos, nuestros inmigrantes afincados que no
tienen tarjeta sanitaria, nuestros dependientes sin protección social porque la
Ley de Dependencia se quedó en nada. El ocupante invisible de esas sillas
del hambre que nuestro compañero Victoriano ha venido colocando en
sitios diferentes de Alcalá para demostrarnos que el refugiado propio, el
vecino excluido, no es un holograma sino un drama de dolorosa realidad que no
puede sernos ajeno, que nos grita en silencio y reclama respuesta.
Hace unas pocas horas que han terminado las últimas
elecciones griegas, elecciones que deben
ser un escaparate para España con la contundente victoria de Alexis Tsipras. El
jefe de la izquierda griega, una izquierda que para gobernar con mayoría se
meterá en la cama con nacionalistas de derecha, (¿Y el PASOK?). ¡Ah…, y un
aviso! Los nazis de Amanecer Dorado vuelven a ser la tercera fuerza mejorando
resultados. Lo que no cambia, y esto sigue siendo determinante, es que el guion
de la soberanía de las naciones que integran Europa se escribe en Bruselas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario