domingo, 16 de octubre de 2016

VATICANO-VERSUS, VISTA-ALEGRE

Hace una semana, Pablo Iglesias se postulaba como socialdemócrata convencido ante un selecto grupo de empresarios. Esta mañana he leído que el Vaticano ha invitado a P. I. y demás miembros de la cúpula de Podemos para el mes de septiembre, a un encuentro privado. ¿De qué querrá hablar el papa Francisco con los "endemoniados" españoles? Sin duda de cuestiones arcangélicas, místicas. De tantear, quizá, las posibilidades de recuperarlos para el redil de los corderos de dios.
Sin embargo, el conocimiento que tengo acerca de los modos y mañas con que funciona la Iglesia en cuestiones terrenales, me hace temer que más que las almas de Pablo Manuel y sus secuaces, preocupa a Su Santidad la posible derogación de disposiciones legales  por las que la Iglesia escapa de pagar el IBI. También, cuál sería la situación de la Educación Concertada en el caso de que Podemos llegase al gobierno. En fin, como se ve, todo son cuestiones teológicas a calcular y prever. Lo cierto es que la política real poco tiene que ver con la disertación teórica del aula o con el mensaje simplista de los mítines.
¡Qué lejos queda ya Vista-Alegre!
También, cada vez es más firme el convencimiento de que nos hallamos en "El invierno de la democracia" como dice Guy Hermet. Posiblemente, la democracia representativa del pueblo mediante el sistema de partidos ha dado de sí todo lo que tenía que dar y en estos momentos es un cadáver andante al que no sabemos cómo sustituir. Se inventó para garantizar el buen gobierno del "pueblo, por el pueblo y para el pueblo". Pero hay un aspecto importante del problema, la relación entre democracia y desarrollo, hasta ahora se decía que el bienestar promueve la democracia, pero también que el dinero la corrompe. En estos momentos el triunfo del segundo eje es arrollador, hasta el punto de que resultaría cómico si no fuera trágico la sumisión de los gobiernos al capitalismo transnacional.

La pérdida de soberanía de los estados es un hecho ante la política de bloques, y por encima de estos planea el poder de las transnacionales. El Poder, poliédrico, de infinitas caras, apenas reside en los Parlamentos, y si esto es así, ¿Qué es lo que queda de la democracia? Casi no importa; siempre nos quedara el Vaticano.        JMS:    05/junio/2016

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