El
matrimonio Somos-Podemos, matrimonio católico donde los haya, ya saben: hasta
que la muerte nos separe, se aviene mal con los tiempos que corren. Ya no se
toleran los malos tratos. Y no me refiero al espinoso tema de las subvenciones
cuya resolución judicial llegara en algún momento, sino al triste papel de
Podemos Alcalá convertido en mujer objeto, exhibida en toda clase de festejos
por un marido avasallante y dominador que es Somos. Exhibidor sin empacho de esta
consorte de circunstancias cuyo único oficio es ser un paraguas morado carente
de sustancia alguna.
Ya
lo dije, ahora no se toleran los malos tratos. Ni tampoco desvergonzadas
exhibiciones que presenten en sociedad a la parienta como si una luminosa puta
fuera--eso dice el PP--y lo lleva diciendo desde hace más de un año. No está
siendo un buen marido Somos, no. Si sigue la exhibición--que seguirá--el tardío
e inexorable divorcio dejará a esta circunstancial Cio-Cio-San a los pies de
los caballos con escasas posibilidades de redención ciudadana.
JMS.
(16/12/2017)
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