Con opacidad y secretismo se está llevando
el asunto de la denuncia al Comité de Garantías de nuestros concejales
militantes de Podemos, por presuntos hechos irregulares y/o delictivos.
Lamentable todo el tema, y oliendo mal los procedimientos. Se desconoce en
detalle contenidos, origen y personas denunciadas. Este episodio, sin duda ha
de tener consecuencias políticas en Alcalá, máxime, habiéndose publicado desde
la Secretaría de Organización del CCA la información del hecho. A veintiuno de
septiembre y después de continuas filtraciones desde junio, advirtiendo que los
pormenores se conocerían antes de acabase el mes de julio, seguimos sin saber
el recorrido de la denuncia contra los concejales pese a afirmarse desde medios
cercanos a la SOA que era inminente esa comunicación. Se afirmaba también que
el asunto "explotaría" a finales de agosto coincidiendo con la feria
alcalaína, en ese momento, la dirección de Madrid montaría una Gestora del
partido en Alcala para cubrir la segunda etapa hasta 2019.
Pues ni lo uno ni lo otro. Acabó la feria,
paso el 31 de agosto, también el 20 de septiembre y seguimos igual. Se está
practicando un juego político irresponsable, de muy bajo nivel, inútil y
disgregador. Esto no es ni "pablísmo" ni "errejonísmo". Es
fontanería de alcantarilla. Antes que nada debemos decir que, cuando un
proyecto de la izquierda fracasa es un paso atrás en la lucha continua para
mejorar la situación que afecta de manera negativa a las clases populares. Si,
además, este proyecto es una apuesta de integración de distintas formaciones
que son capaces de alcanzar el gobierno local y gobernar razonablemente bien a
partir de la inexperiencia total durante más de dos años, es un doble fracaso
del que hay que extraer las oportunas enseñanzas. Es mucha la responsabilidad
que se asume haciendo según qué cosas, ya que no es fácil para la izquierda
alcanzar posiciones de gobierno, y todos los actores que intervienen en estos
procesos tienen el deber de estar a la altura que se merecen los votantes de
Alcalá de Henares.
Esta coalición en la que Somos es una CUP
(Candidatura de unidad popular), donde participa Podemos en segunda línea con
cuatro concejales, también es una apuesta importante para Podemos cuya
filosofía integradora de la diversidad forma parte del ideario desde el
principio. Por ello se debe extremar la prudencia a la hora de tomar decisiones
que pueden tener consecuencias en el gobierno local y también en la solidez de
nuestra posición para las próximas elecciones. No es lo mismo expulsar de Podemos
a los concejales por un dictamen fundado del Comité de Garantías, que
"apartar" temporalmente, sin expulsar, a estos compañeros, por
actuaciones irregulares debidas a errores no constitutivos de delito. Una
tercera línea de reorganización sería proceder a una re-estructuración de
Podemos en Alcalá, estableciéndose una buena y controlada coordinación con
Somos. Finalmente, una cuarta sería la separación definitiva de Podemos y
Somos-Alcalá, creándose en Podemos un área municipalista capaz de abordar las
próximas elecciones locales. En todos los casos, y separadamente del primero
con sus consecuencias (denuncia al Comité de Garantías), si que hay una
base solida para la exigencia de responsabilidades y la re-estructuración tanto
de Somos como de Podemos en Alcalá. Es algo que no se puede dejar de
considerar. Los resultados políticos futuros según la alternativa que
se adopte serán radicalmente distintos, y ha llegado el momento de que en el
Círculo y en el Consejo Ciudadano Autonómico se trabaje con rigor y honestidad.
Basta de juegos, basta de manejos conspirativos y basta de dedicar esfuerzos a
la defensa y apuntalamiento de sillones-pesebre de unos y de otros.
En cuanto a Podemos, precediendo a un
análisis objetivo de lo sucedido en Alcalá de Henares, se debe valorar la
corresponsabilidad del Consejo Ciudadano Autonómico (CCA) y su actuación a lo
largo del último año y medio, periodo de tiempo que podemos dividir en dos
partes: una anterior a diciembre de 2016 y otra posterior correspondiente al
nuevo equipo liderado por Ramón Espinar. En ambos periodos debería haber habido
una conexión regular, orgánica, de verdadero contenido conocido en nuestro
Círculo, con proyecto y programa común funcionando en el día a día. Son muchas
las cuestiones que, en una ciudad como Alcalá de Henares trascienden al espacio
local y hay que gestionarlas articuladas con el nivel autonómico. No vale decir
que era misión de Alcalá,--(que lo era)-- ya que debería haber habido exigencia
y seguimiento de la CAM mediante los controles ordinarios de funcionamiento que
existen en toda organización política de ámbito estatal. El CCA tenía
la obligación y deber de estar al tanto mediante el seguimiento puntual del
programa municipal, tanto el de Somos (a distancia) como el de Podemos de manera
cercana. El divorcio y la desconexión ha sido total. El rosario de
hechos producidos desde hace meses junto al proceso de descomposición del
Círculo y la desaparición del Consejo Ciudadano Municipal (CCM) de Podemos en
Alcalá, con dejación total de sus funciones en más de un año sin que el CCA de
Madrid dijera ni pío, no solo da fe de una situación irregular e insostenible,
sino que invalida la pretensión del Consejo Ciudadano Autonómico---también su
capacidad--de pedir cuentas. Cada palo tiene que aguantar su vela. Es de
justicia.
Fuera de actos propagandísticos o
festivos, hasta este verano, jamás nos ha visitado un diputado autonómico o un
miembro del CCA en funciones de verdadero trabajo político, (en alguna ocasión,
a tomar copas). Como se ha dicho antes, no todos los problemas de la ciudad se
sustancian y resuelven de manera única en el ámbito local. En la CAM (Comunidad
Autónoma de Madrid) hay 179 municipios de los que 20 tienen más de 50.000
habitantes, al menos en esos veinte
últimos es inaceptable que la estructura política de Podemos en la CAM se
manifieste con tanta pobreza y endeblez tal como ha sucedido con los episodios
de Alcalá. Hay noticias e
informaciones de otros lugares que presentan parecidas similitudes. Sin duda,
este es el caldo de cultivo perfecto para que proliferen todo tipo de
iniciativas desviadas, conspiraciones de poder, y el brujuleo continuo de
oportunistas y trepas que nada aportan salvo disensiones, inmovilismo y
disgregación. Al día de hoy, Podemos esta muy lejos de aproximarse a
los estándares mínimos que se necesitan en el activismo práctico de la
izquierda en pueblos, barrios y distritos, para producir cambios sociales
positivos. Este es
el verdadero trabajo pendiente. La ocupación de todos, en el CCA y en Alcalá.
Como siempre, Podemos es y será lo que
sean sus Círculos mal que le pese a los que desearían acabar con ellos porque
es de donde podría salir el peligro para sillones y poltronas. Ahí está la
clave, y eso es lo que nos diferencia del resto de los partidos. Si se continua
por la senda en la que estamos, Podemos, a corto plazo, se convertirá en un
partido de poca relevancia, muy lejos del ilusionante proyecto inicial. Como
mucho seremos el "machaca"--perdonen la expresión-- del PSOE, y esto
sería volver a los pactos de la Transición en versión devaluada. En Alcalá de
Henares hay que ser radical. Hay que hacer un esfuerzo para separar el grano de
la paja. No estamos sobrados ni de recursos ni de personal y, de la catarsis
que necesariamente se tendría que producir, debe salir una nueva--y
mejor--versión del proyecto para pilotar la segunda etapa de esta legislatura.
Se necesita una gran dosis de pragmatismo para buscar un amplio consenso. En el
Círculo de Podemos, un CCM (Consejo Ciudadano Municipal) totalmente renovado,
con nuevas ideas y nuevos planteamientos es imprescindible. Pero fraccionar,
desunir, y perder efectivos de manera irresponsable, eso ¡NUNCA!
JMS, (21/09/2017)
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