sábado, 2 de marzo de 2019

LA VENGANZA DE DON IÑIGO (1)


La venganza es un plato que se sirve frío. Resulta tentador plantearlo así, como un episodio más de Juego de Tronos al que tan aficionado es Pablo Iglesias. Pero nada más lejos de la realidad, porque la política práctica institucional tiene muchos menos componentes emocionales que los que utilizan los partidos populistas como Podemos en mítines y proclamas y, si tienen, en cambio, grandes dosis de análisis y calculo. Sobre todo de calculo electoral, y más aún, abocados como parece que estamos al "super-domingo de mayo", donde quedaran aclaradas bastantes cosas y, sobre todo, las que afectan a esta ancestral y torturada izquierda española incapaz de cumplir aquello tan emocionante que sentíamos cuando cantábamos, "agrupémonos todos..." Ya se sabe, genio y figura..¡Que pena, ¿verdad?

Lo cierto, es que al Podemos de hoy no le reconocería ni la madre que le pario. De aquel Podemos pujante de hace más de tres años con Círculos proliferando como las setas en un otoño lluvioso y templado, al que tenemos en enero de 2019, con una actividad de la base socio-política más muerta que una tarde de invierno en el cementerio de La Almudena, hay una distancia sideral. Y eso se esta pagando, se lo dije a Monedero hace dos años,"Podemos sera lo que acaben siendo sus Círculos". Es un pago mensual desde hace veinticuatro meses inexorable y, la aceleración del declive no es mayor porque no hay donde ir. Puede que a los militantes acostumbrados al turismo político---tanto les da ir al PSOE como a VOX---no les preocupe, pero el resultado es demoledor y el Gran Timonel no da con la tecla, o no le funciona la brújula. Se es grande como dice el aforismo cuando se cabalga a hombros de gigantes, pero no hay grandeza posible cuando vas montado en unbiscuter.

¿Que esperaban? Cuando lo que se dirime--pese al ruido propagandístico--es el resultado de la colisión de dos concepciones político-prácticas radicalmente distintas. El modelo "pablista" no ha evolucionado y ello, a pesar de haber llegado a las instituciones donde estas obligado a hacer política pisando el suelo. Errejón, tras sus conversaciones con Manuela Carmena, con Ada Colau y con Mónica Oltra afirmo mas aún si cabe su posición estratégica: la clave del éxito de las tres estaba en que habían superado las siglas de un partido accediendo a un modelo de proyecto común en el que tenían cabida otros representantes de la sociedad civil. Pero esta concepción que acepta de manera natural la posibilidad de acuerdos transversales, es totalmente incompatible con una estructura orgánica verticalista pese a las apariencias, y de rigidez total del Podemos actual.

No era previsible que Errejón, relegado de la ejecutiva a pesar del "caramelito" que suponía ser el candidato de Podemos a la CAM,---eso sí, condicionado totalmente---se estuviera quieto y aceptara sin más, tal planteamiento. Mucho menos cuando desde junio de 2016, apartado de la portavocía del Congreso, empezó a construir los entramados políticos, tejidos con parsimonia y meticulosidad, que han culminado en la traca final.

De todos modos, una traca más aparente que real. En un panorama político extremadamente movedizo y fluctuante hasta en el día a día, cabe esperar cualquier tipo de "apaño". Ya se sabe; "No es personal; es política"

JMS.  (19/01/2019)

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